En muchas ocasiones creemos que la fortuna nos regalará la felicidad. Pues no suele ser así, el azar o el destino, como queramos nombrarlo, nos dará oportunidades, pero el éxito o el fracaso de nuestras elecciones no es fruto de la casualidad.
El cultivo de aquello que nos reconforta y predispone a ser felices es el camino de la sabiduría. En estos días andamos inmersos en el final de una etapa, se cierra una andadura iniciada en Septiembre, estamos nerviosos, los docentes y los alumnos, pero en el fondo lo importante es ahondar en lo que hemos conseguido, en lo que hemos logrado cultivar juntos durante todos estos meses. Nuestra paciencia y perseverancia en que seremos capaces de mejorar, de ser más sabios, de conseguir que la fortuna nos regale más conocimiento de la realidad y de nosotros mismos es nuestro triunfo.
El cultivo de aquello que nos reconforta y predispone a ser felices es el camino de la sabiduría. En estos días andamos inmersos en el final de una etapa, se cierra una andadura iniciada en Septiembre, estamos nerviosos, los docentes y los alumnos, pero en el fondo lo importante es ahondar en lo que hemos conseguido, en lo que hemos logrado cultivar juntos durante todos estos meses. Nuestra paciencia y perseverancia en que seremos capaces de mejorar, de ser más sabios, de conseguir que la fortuna nos regale más conocimiento de la realidad y de nosotros mismos es nuestro triunfo.
