sábado, 21 de noviembre de 2009

Los pequeños detalles

Todos los días hay grandes y pequeños acontecimientos en mi vida, pero siempre estoy atento a los primeros y ,sin embargo, a veces desatiendo los segundos. Es verdad que las grandes sensaciones van acompañadas de pasión, frenesí y enormes alegrías. Los primeros y segundos amores, los nacimientos, los cumpleaños, los éxitos laborales, las Nocheviejas, los reencuentros.Todos ellos se transforman en momentos para recordar, los fotografiamos, los escribimos, los contamos, los recreamos una y mil veces en nuestra memoria.
Y todo esto nos resulta gratificante, pero entonces la existencia, el paseo por este mundo se reduce a muy poco tiempo de felicidad, y el resto del tiempo ¿qué sentimos?, lo demás entre recuerdo y recuerdo ¿dónde está? Es que acaso no hay emociones, acontecimientos, sensaciones durante estos intermedios.
Sí las hay, porque mi devenir diario me depara momentos hermosos que, en ocasiones, sólo valoro cuando los pierdo.Todas las mañanas alguien me dedica una sonrisa cálida y afectuosa. Un rayo de sol entre las nubes, ese calor amable que anhelamos después de una mañana lluviosa, que disfrutamos durante un segundo, que nos reconforta de la humedad y nos devuelve la esperanza y la certeza de momentos mejores.

Quizás esos pequeños detalles no se celebren con fiestas y boato, pero son los que llenan la vida de sentido, de autenticidad. Son los instantes imprescindibles para saber que otro ser humano te quiere, se preocupa por ti y te da ánimos para continuar. Por ello hay que agradecerlos siempre con un beso.

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